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Uno quisiera estar a solas enredado entre todas las palabras
Aupando recuerdos y olvidando entuertos.
Solo así, nada más.
Y como desconocido en una tierra sin nombre,
ni geografía conocida,
Encontrar tesoros escondidos
Debajo de las piedras del camino.
Piedras preciosas hallar en las palabras para oírlas contigo
En un afán de componer los versos
Que te saquen del alma
Los pasos del camino
Ya extraviado.
Pensar en las distancias que te faltan
Para llegar al horizonte antiguo
Ese que tú extraviaste y que recuerdas,
con sabor a menta
Entre besos y manos conocidos.
Salirle al paso a lo que ya no fue, para pasar la hoja ya leída
Para archivar en el rincón del tiempo
Ese recuerdo que te hurga el alma
Y te sacude como viento fuerte
Los entresijos que te están hiriendo,
Con malos pensamientos retenidos,
Y todas las quimeras incumplidas, en un afán sin nombre
Conocido.
Pero al llegar, también recuperar, ese sentido aventurero, libre,
De buscar con los hallazgos nuevos
Todas las pistas que te den un norte
Y encontrarte con todo lo que eres
Reconciliándote entonces,
Apaciblemente,
Con ese ser tranquilo que tu siempre has sido.
Y degustar como los buenos vinos esos sabores aún desconocidos
Que te esperan y darán entonces
Esas riquezas que siempre te has guardado
Y que tu corazón
Ha retenido.
Nos parecemos
Salir de ti, volver a ti, en un constante ir y venir de mis deseos.
Siempre al encuentro de lo que no conozco pero que tienes ahí,
donde mejor me siento.
Amplificar caricias anhelantes dejándolas expuestas a ese brillo
que corta de parte a parte tu cuerpo.
Venir, subir, caer, buscar, encontrar rutas
Que permitan siempre, al estar contigo,
exploren lo mejor de nuestros cuerpos.
Saber que estás ahí, que lees mis textos, que te gustan un poco
o quizá mucho por lo que se parecen a ti,
a tu forma de ser y de sentir.
Yo se que vibras, porque lo presiento,
y aquel calor oscuro que te penetra
es el mismo que yo siento.
Tu allá, y yo aquí, somos a través de los hilos que nos comunican,
un manojo de deseos, que no ves, pero que están ahí.
Siempre al acecho de tus gestos, de tus letras
tan llenas de emoción y de caricias
contenidas.
Me gusta que te guste lo que hago aunque estemos muy lejos
en el tiempo y la distancia.
Casi me atrevo a sugerir entonces que tú sientes casi como yo
Con ese palpitar de caricias retenidas
pero siempre anhelantes por salir.
A darte nueva como siempre entre mis brazos
y buscar los recónditos caminos que tú buscas y que yo deseo.
Siénteme, lo mismo que yo. Erízate también como lo siento yo,
yo se que desesperas por venirte a mí. hazlo,
no reprimas lo que sientes porque al igual que yo
siempre encuentro cosas nuevas
en los besos.
No se si es el aroma que desprendes lo que perturba todo lo que soy
o es el sonido de tu voz cortada,
por esos estertores que te surcan,
lo que me hace sentir que estoy en vilo
con esa cuerda que me une a ti.
Ahora, siento que todo está tranquilo
Que ya se han despeñado
Los deseos
y que la angustia de esperarte
Ya ha llegado.
Que todo es placidez y día tranquilo
En ese calendario de emociones
Que tu cuelgas tan displicentemente
A todo lo largo
De tu bello
ser.
Sin el velo
Calor sin nombre
la misma ruta conocida, para llegar a ti
sin alcabalas.
Reptar a ti, hacia ti, sobre ti,
deambular los caminos escondidos
en el ánfora dulce que te cubre.
Lados tienen tus ojos que persiguen
un sinfín de verdades
que te doy.
Una caricia que casi no consigue
penetrar en tu velo de pudor.
Lágrima suelta que resbala en tu costado
y se quiere pegar entre mis manos
para acusarme en vano como siempre.
Quiero, pero no sé si quiero, porque dudo,
olvidar las palabras que me has dicho acerca de cuidarte los costados
que son sitios arcanos y profundos.
Hueles igual que yo, cuando consigo encontrar esas rutas oscuras
que tu guardas.
Laberintos de todos los deseos,
los mismos que te siguen manteniendo tan despierta, en la alta noche
en que no duermes,
pensando en los temblores
que te entrego.
Con que no soy capaz de pronunciar la única palabra que te pone tensa?
Pues ya verás que si, que en cosas de desvelar deseos, soy experto y tu lo reconoces.
Dame un poco del agua que tienes en los labios
Y prometo endulzarla sin que sepas
De donde vienen siquiera los misterios.
Esos que me hacen trastocar por mil caricias
este afán de sentarte entre las piernas
para darte una a una las razones, que me hacen siempre pronunciar
tu nombre
envuelto en esa música que a ti tanto te gusta.
Ábrete un poco y ya verás que encuentras
Los pequeños sabores que te infunden vida.
Descansa entre mis brazos
y no preguntes nada
que todo es para ti.
Deja que yo dirija astutamente
Las manos hacia todo lo que eres.
Ya verás que sin notarlo apenas, irás desempolvando un poco
ese pudor que lastra tu deseo
Que no te deja ser lo que tú quieres
para quitarte así lo que más quieres.
Verdad que así es mejor, como te he dicho?.
Quizá te sientas un poco a la deriva,
Pero no te avergüences y es apenas obvio
que la barrera que has llevado no te deja sentir lo natural,
que es el hacer las cosas como han sido
desde que el hombre es hombre y la mujer
ha sido.
Que bella que te ves, sin los ropajes que ocultan la belleza que has tenido.
Quizá te sientas rara por un rato pero te juró que se te pasará
cuando encuentres que en nada tu has cambiado,
y que respiras
Igual que siempre.
Como siempre
ha sido.
Nada es como entonces.
Sin tus ojos sobre mí, nada encuentro como entonces
porque todo pareciera
que se quiere diluir
en un aire que respira ausencia
y nada más que ausencia.
Cada cosa está en su sitio sin que yo la reconozca
porque tú no estás aquí.
Hoy ya todo gris parece, sin el aire
de tus ojos,
aquel que borraba penas, y daba un sabor culpable
a mis continuos olvidos.
Las sábanas de la cama, cosa curiosa, parecen,
que hubieran sido arrugadas con el peso de tu piel
tan sedosa y trasparente.
Tu aroma fresco se huele cuando recorro la alcoba, pero es solo mi cerebro
el que se apega a tu sombra,
que sigue como alma
en pena
en lo profundo de mí.
Pero es esta sensación tan real y tan presente,
la que me hace presentir
que aún estás aquí conmigo
pero no, no puede ser,
porque ya ese vaho fresco que en el espejo dejabas
cuando mojabas tus carnes,
ya no se encuentra conmigo.
Y ese olor a yerbabuena que despedían tus muslos
solo persiste en mi mente sin quererme abandonar.
Como si así tu presencia jamás quisiera marcharse.
Es raro,
pero es así.
Para siempre ( Perennidad)
Cuando la luz te penetre toda y estés ausente dentro de ti
vendrán las cosas pasando raudas,
En claro ritmo de frenesí.
Tus manos claras Serán palomas y se alzarán como queriendo
que la distancia desaparezca .
Seremos frescos copos de nieve que entre las manos se van fundiendo
Y entonces todo será presente como he querido hacerlo por fin.
La s cosas todas serán sencillas
Sin que tu notes que mis palabras
Se van ligeras detrás de ti.
.
Cambia
Cayados pensamientos, noches turbias,
siguen prendiendo hogueras en tus pasos.
Deshenredando sombras, derribando paredes que te ocultan,
Soliloquios, que solo tú conoces.
Saltan a cada paso los luceros con horas y palabras que se cruzan.
Quítales una a una las barreras a tus pies incansables de caminos.
Asume con total indiferencia, las cosas,
y tropiezos que te frustran.
Piensa más en la esencia que en la forma, para que así se surtan
y convivan todas las ausencias.
Que no te dejan atravesar sencillamente y sin cansancios,
las rutas y los planes que te llegan.
Aísla la distancia en las ojeras y vive de avatares aún desconocidos.
Que solo que una mirada te lo cambie todo, Lo penetre todo.
Haz uno, dos y hasta tres intentos por agarrar la nube
Y llegarás al fin, sin que lo sepas
al comienzo de todo
y al final conocido.
Que aún tu tienes besos para darme?,
Permíteme que dude y no te enfades,
que todo ese manojo de caricias que tenías para darme, las obtuve,
sin que abrieras la boca y lo dijeras.
Después de mucho practicar en la penumbra, he ido por ti,
en mi pensamiento, y he saqueado uno a uno, esas alhajas que te cubren toda, y que fiesta me he dado, sin que sepas,
que yo era el hurtador de tu equipaje.
Mucho tiempo me ha costado el aprender, como encontrar tesoros
en tu piel. Como experto buscador que se aventura,
supe sacar al fin lo que valía,
y que banquete estupendo me he encontrado.
Miremos un poco al vuelo lo que de ti he encontrado:
las miradas que tanto rehuías, las he robado yo para guardarlas,
en este cofrecillo de cristal que tanto te gustaba.
Ese mohín, quizá infantil que no me dabas, lo tengo aquí en mi boca aprisionado.
Con tu caricia esquiva, me he labrado un poco aquí en mis manos,
un vuelo de palomas.
La risa, traviesa y coquetona que lucías la he fijado imborrable en el espejo,
para que en las mañanas, me lleve a comenzar todos los días
sin la abulia mezquina que me turba, y que no me permite ser yo,
como quisiera.
Esa tersa y suave hondura en tu cadera,
En mi guitarra se ha visto detenida.
Y cada vez, que quiero acariciarte,
sobre ella misma
mis manos se han posado.
Se que le falta el alma, a lo robado, pero al menos,
mientras te veo, la distancia no es tan larga.
Y por lo menos,
no extraño como ayer, cuando faltabas,
sin poderte tener
siempre
a mi lado.
( FALTA )
Calla la noche al igual que tu, que no sabes sonreír
a quienes más te piensan.
Sabes que lo oscuro del silencio todo lo puede dar,
hasta la culpa, de hacerme naufragar
en cosas vanas.
Lanzas las miradas como buscando, las arras de ese Sí,
que diste, pero que no pensaste,
Lavara un poco la conciencia que tienes enredada.
Mira como te miran, los que miran, lo que has dejado atrás
por escaparte, a esta noche que quizá tu no querías.
Ábrete solamente, a aquellas manos que siempre te han buscado,
que saborean tu nombre detrás de las cortinas.
Quizá no encuentre mucho
después de haberme restregado con tu cuerpo.
No, no finjas, que solo tu conoces,
Lo que es sentir caricias
Por montones.
Hazlo ahora
Quiéreme mi amiga, que aún tengo en los ojos la mirada antigua tan limpia de abrojos.
Dame en esta hora de cruel ambrosía algo que me cambie tu vida vacía.
Para hacerle nudos a tu cabellera y pintarle soles a la enredadera.
Verás como nace en el cielo otra estrella y te da sus frutos nuevos la grosella.
Entrega este instante y después tal vez haré con mis horas un ramo a tus pies.
No dejes que pase este amanecer cuando mis pupilas aún te pueden ver.
Mira que si dejas pasar este instante otra boca nueva tendrás como amante.
Hazlo así y verás que la luna nueva,
nueva es otra vez.
La angustia de irme no será la misma,
como ahora es.
Y podré pensarte como siempre ha sido:
tu mano en mi mano, tu boca en la mía, y lejos, muy lejos la melancolía.
VOY AQUÍ
ENCUENTRO
(Publicado)
Tú, que apareces hoy después de tanto tiempo.
Golpea la lluvia gris en mi ventana,
trayéndome a la mente tu risa tierna,
asordinada, al viento.
Es mi ruta: el camino hacia el deseo.
Los besos tantas veces esperados,
en el abecedario sin palabras y en ábaco grana de tus labios.
Surco el camino lleno de distancias,
sobre un potro indomable: tu cintura.
Sin zamarros, espuelas ni montura,
sobre el anca del viento y su fragancia.
Esa curva de guitarra en tu cintura
que guarda ritmo y dedondéz de estrella,
es tesoro de música a la espera
del saber de mis manos siempre nuevas.
Eres canto olvidado que despierta
cuando subes tu enagua
almidonada: Muda testigo del fugaz encuentro,
al cerrarse la puerta y su herrumbrosa aldaba.
UN VOLAR NO APRENDIDO
(Publicado)
Llegas:
tu ropa sobra y cae
como pesada carga de culpas
sobre el suelo
Vuela la paloma negra
de tu sexo
aleteando insistente
sobre mi
De tu garganta
resbala el ronco grito
gutural
de tu deseo
La alcoba
huele a sábana mojada
y a tus besos
Vienes, vas, subes, caes
jadeas inclemente
sobre mi
Tus manos crispadas
quieren arañar rabiosamente
el aire que respiro
Un furor no aprendido
pero una y mil veces repetido
desde la edad primaria del hombre
se agita convulsivamente
dentro de ti
y sale hecho grito
rítmica y lúbricamente
hacia la luz en su nido
LA EXPERIENCIA
( Publicado)
Es mi mano dentro de tu blusa
como el viejo buscador de perlas finas
que sólo se contenta al encontrarlas.
Como el ducho minero
que, al buscar sabiamente,
recorre vericuetos
hasta encontrar su veta
más preciada.
No es menester
portar brújula alguna
ni llevar un recuento en la bitácora
para remar adentro de ella.
Tan solo es necesario
dejar que la antigua experiencia
milenaria
recorra los caminos
sabidos de memoria
y encuentre
los remansos.
TU SOMBRA EN EL ESPEJO
(Publicado)
Salvo lo que te quede de impaciencia
y de infecundo vivir
recordarás la historia.
El día volvió a amanecer
como siempre y tú no estabas.
La bruma y la neblina del olvido
empañan tu recuerdo.
Eres garza
sin alas por el aire,
Como barco escorado, rota quilla
Vagas sin rumbo a la deriva.
Eolo ríe de lejos tras bambalinas
para que así naufragues insumisa
en la profundidad
de este vacuo pensamiento.
La risa,
antes campanilla de alegría,
es hoy badajo gris
que toca acordes sordos.
No respires,
que despiertas el silencio
de su sopor eterno.
Acaso la distancia, sea mejor para ti
que el vaho de mi aliento,
que se quedó prendido en el espejo
dibujando tú sombra.
SUELTA TUS AMARRAS
Se dibuja claramente la tersa redondez que hay en tus pechos. Te miro de reojo y pareciera que la suave ladera de tu vientre, se ensanchara esperando, que mis manos te Palpen suave y lentamente. Tocar o no tocar, he ahí el dilema. Si al hacerlo mis ansias se desbocan, ya no habrá barrera alguna que detenga. Esta insaciable sed de acariciarte, de meterme por completo entre tus carnes, de dejarte tocar tan líbremente estos senderos que tu siempre has transitado, como diría mi amiga, la poeta de los goces pincelados.
Ya no habría frontera alguna que cuidar, porque traspasarías terrenos íntimos, ríos fecundos, lava ardiente de volcanes hasta ahora dormidos, pero voluptuosamente despiertos con tus manos ardientes. Déjame poseerte hasta encontrar, esa ruta adormilada de tu sexo, que furiosa y cimbreante me conturba, zarandea sin medida y sin distancia, toda la quintaesencia de mi goce ancestral desesperado. Levántate, jadea, enjuga entre tus manos mi simiente; juega con ella y lávate la cara, igual que si lo hicieras al peinarte. No dejes de mostrar lo más oculto, verás cómo al mostrarlo, cómo al jugar con eso te despiertas y haces que tus horas, sean más cortas y fugaces que la espera, que has fijado a mis horas al tenerte. Hazlo así y tendrás como ganancia, el haberte librado de ese tedio que venía acompañándote constante y torpemente. Serás libre otra vez, como has querido, sin cortapisas ciertas que te cierren el camino que siempre has deseado y que tienes ahí, sobre tu vientre, quieto y callado pero tuyo siempre.
EXORCISMO
Si para exorcizar inmensidades
Debo sacar de mí quienes me hirieron,
¿Cómo no recordar los que me dieron
Con el calor del alma, sus bondades?.
Pues para no omitir los que me hicieron
Más bien que mal con todas sus verdades
Deberé recordar quienes vivieron
Dándole a mí vivir muchos pesares.
Dime mar se detienen tus olas?;
Dime cielo cual nube esta sola?;
Y cual viento detiene su andar?.
Cual camino no tiene su abismo
Cual amor no envuelve su espejismo
Y cual río no muere en la mar?.
MÍRALOS
Tienes en el aire soles
Que van lamiendo tus brazos
Soles que te cubren toda
Y que renuevan tu talle.
Ellos creen que van jugando
Con la luna por la calle
Pero se equivocan todos
Pues que tú no eres de nadie.
Más cuando ellos te siguen
Solamente los requiebras
Para que así ellos entiendan
Que tú no puedes mirarles.
Como corderos sumisos
Van dondequiera los llames
Como gorriones siguiendo
Su alimento por el aire.
Y cuando quieres
Que ellos te sigan
Les das un poco
De lo que esperan,
Sin que te vean.
Así te llenan
De luz gratuita
Aunque la cuita
Los acongoje
Si por ti
Penan.
VUELVE
Brillan al aire,
tus ojos claros como el café;
cantan las aves,
sin que se sienta cómo y por qué.
Tiemblan las hojas
cuando tú cara pasa radiante;
todas quisieran
sentirte cerca, menos distante.
Todo está vivo
cuando le entregas al aire risas;
y el día quisiera
ser en tus manos hoja en la brisa.
Por qué no vienes,
como esas tardes en que aprendí;
a ver tus ojos,
como luceros cerca de mí;
volar quisiera:
tú me dijiste sin que te diera,
motivo alguno
ni razón cierta pa· que te fueras.
Hoy está triste
mi dulce alondra porque te fuiste;
que bello fuera
que hoy te dijera, ¿Por qué Viniste?
SICARIO DEL AMOR
Un sicario de amor es contratado para acabar con el que tú me tienes. Especialista en los dardos amorosos, frases untuosas y melosas hieren oídos castos y otros no tan puros. Aquellas que han estado entre sus labios, que rendidas y mustias han quedado, van hablando azoradas de las artes que tiene este sicario Malhadado. Yo esperaré tranquilo y sosegado, a que asome su labia envenenada. Confiaré en la ciencia antigua de mis manos, esa que ha recorrido tus caminos. Los antiguos caminos de tus carnes, para contrarrestar su vil palabra. Dirigiré las naves alocadas de tus sentidos con pericia cierta, esa que ha sorteado las tormentas de tu piel como vela desplegada. Sus palabras penetrarán tu mente, harán entorpecer tus emociones, pero en esa tu cabeza morirán. Mientras que mis manos llevarán tus sentidos por senderos que ni tú misma conoces, los que siempre transitas cual veleta al viento. Ese viento que siempre te trastorna Y te cambia la mirada. En suma, quién podrá más? él con su malabarismo de palabras o yo, con mis saberes sensitivos y ancestrales en el mapa de tu piel?. Creo que yo, sin duda alguna.
PENSARAN
A lo sumo pensarán que fui tu amante,
aquel que traspasando los portones
fue metiendo entre tus pechos voces,
de sombras y palabras quietas.
Fuimos identidades barruntadas
con figuras de orgasmos enclaustrados.
acaso dos placeres asentados
en un fin de semana interminable.
Dos caderas, que saben y que fingen
sabedores de todo e ignorantes de nada,
de caza en la penumbra de la estancia.
Tú con gestos de diana cazadora,
revolcarse de almohadas,
dentelladas; resguardando la urna donde guardas,
el tesoro escondido de tus ansias.
Adentrarse en tu secreto muro
ese que tú resguardas tan celosamente
con ese aliento voluptuoso y quedo
que sabes manejar discretamente
para llevarme por senderos nuevos.
Vas relamiendo con tu lengua inquieta,
oscuros vericuetos de mi cuerpo,
sin norte, sin distancias y sin nada.
Y al descubrir entre mis tierras nuevas,
montes, arroyos y senderos viejos,
esa ruta lejana que has trazado,
hasta encontrar el fruto de tu goce
profundo y esperado.
TUS CUENTAS PARA EL AMOR
Te veo haciendo cuentas
con las horas que tienes para la noche.
¿Estarás segura que te habrán de alcanzar
para meter en ellas el sinfín de caricias y de abrazos
que tienes presupuestadas para mí?.
Lo dudo, pero allá tú.
Esa ancestral manera de hacerle cuentas al amor
te llevará a alargar minutos, horas y segundos,
como solo tú sabes hacerlo.
Quedo siempre perplejo
al observar como rindes el tiempo cuando de amor se trata.
Mejor es que esas cuentas corran siempre a tu cargo.
Porque a mí, se me enredan los instantes
siempre que trato de amarte de manera concreta.
Menos mal,
porque en asuntos de amor el tiempo resulta siendo mi mayor tirano.
DESDE HOY
Desde hoy en adelante,
me tenderé en tus playas como siempre
que desée lograr la paz de tus palabras.
Y estaré oteando el horizonte
más allá de todas las distancias.
Desde este momento y para siempre
puliré mis ideas para pensarte,
dedicaré mis horas para darte todo lo que anhelas.
No te contrariaré.
Haré todo mi esfuerzo por incrustarme dentro de tus labios.
Por hacerme cómplice de todos tus deseos.
Como velero quieto y frágil en el puerto
dejaré palpitar mis velas blancas
aunque el aire que las mueva no haya llegado todavía.
Quizá en esa quietud que no conturba
y en ese ciclo de soledad cansada
tus ojos se decidan a posarse,
tus manos formen quietas olas blancas.
Al fin podré saber si es solo excusa, esa abulia lejana que te agobia
y te llena las tardes de esperanza.
Podré llegar por fin en primavera con la luz siempre clara
a resolver quizá tus mil enigmas, esos que siempre llevas en la falda,
y que vas desplegando sin saberlo
delante de mis ojos, para hacer
que los míos se detengan
en ese deambular que no descansa.
Así tal vez rendida y sin palabras, te dejes envolver continuamente,
entre este ir y venir
de mis palabras.
MI PIEL Y TU SOMBRA
Te ibas
y al voltear a mirarte
sentí como mi piel
se iba tras tu sombra
sin quererte dejar.
¿Será esto posible?
No solo fue posible, sino,
que desde entonces
me siento como extraño
con el aire por piel.
Qué?
qué siento sin tus besos, si en la tarde estoy solo?
qué mirar en tus ojos si a mi lado no estás?
qué en mis manos vacías guardar, si cuando imploro?
mis ruegos son apenas una ola en el mar.
UN SOPLO TODO LO DEMÁS
Hay días en que estamos
hechos para el amor
cuando la música que sale desde adentro
se junta con la que da la lluvia
y nos vemos empapados hasta el fondo.
Una insaciable sed invade
de darle luz al sol para que nunca falte
de tomar el aroma delñ caimito y embadurnarle
los pechos a la amada
con las frescas esencias
de la aurora.
Anudarle los vientos en la falda para que vuele
por los aires toda.
Y extendiendo la vista al infinito
pedirle a aquella estrella
la que la atisba cuando sale sola
que mece sus cabellos con peines de luceros.
Esos que para verlos se precisa
nacer con catalejos en el alma.
Cuando me siento así hasta mi corazón
es pelota de trapo entre sus manos.
Y uno siente que vive
si la vida
se anida en lo mullido de sus labios.
Para que quiero más, si todo lo demás
es solo un sueño.
OASIS y DUNAS
Los brazos de aquellos sauces
me trasportan al recuerdo
igual que tus manos tibias
en claras tardes de enero.
El paisaje llena el aire
como tus ojos de ensueño
y echa a volar sobre el viento
los aromas mañaneros.
Qué airosa ondea tu falda
montando ese corcel negro
que va encendiendo luceros
sobre el empedrado suelo.
Llévame en tus labios rojos
para ir sorbiendo tus besos
y navegar con tu aliento
como amante bucanero.
Ay como pintan tus ojos
con mil colores mis cielos
agarena que llegaste
a poblar mi mundo entero.
Frescor de oasis me das
cuando revuelvo tu pelo
y un horizonte de dunas
voy rizando con mis dedos.
¡ Qué más se puede pedir
si contigo estoy completo ¡.
ROMPER EL CELOFAN
Desnuda
viertes el fragor de tus abrazos
sobre el edredón de la noche
con palabras truncas
al borde de tu sexo.
Esperas
unas manos extendidas
que vayan estampando sobre la tela
del cuarto
la vieja soledad
que te conturba.
Renaces cada vez que tus ojos
se fijan anhelantes
sobre el lomo de la noche.
Eres siempre imprecisa y vas dejando huella
en los miles de sueños desvelados
que pueblan el bagaje
de tu nada.
Rompe el celofan de la pureza
esa que tú aparentas pero que a nadie engaña.
Solo cuando tus muslos cabalguen desbocados
sobre mi potro en sombra
encontrarás la puerta de una vida profunda
sin disfraz
que labrará tu forma.
SENTIR EL PENSAMIENTO
Al pensar mis pensamientos
pienso
que un desgaste de amor
fue nuestro encuentro.
Y pensando en sentir me voy sumiendo
en un vago sopor del pensamiento.
Pensé que si pensaba pensaría
en adquirir un sentimiento abierto
para encontrar con sentido otro momento
de compensar tu vano descontento.
Pero por más que pienso sentir
más voy pensando
que es vano mi pensar si nunca encuentro
como sentir para encontrar
pensando
la esencia y el calor
del pensamiento.
UN AZUL TE RODEA
Es clara el agua rumorosa
que corre rauda como una gacela
por las acequias de tu pensamiento.
Va lamiendo los limos de la vida
que se esconden callados
en tu cuerpo.
saben de los secretos que tu guardas
en lo profundo de tus negros ojos
los mismo que se niegan a la luz del día
remisos se agazapan
y me miran
desde la oscura orilla del silencio.
Que no diera por beber
de tu agua
la que resguardas tan celosamente.
Un ser elemental me tronaría
bebiéndote en el cuenco de la mano.
Con toda la quietud que hay en tu boca
me bastaría para beber a sorbos
ese azul no se qué
que te rodea.
QUIETUD
la quietud de esta tarde
de febrero
me aquieta el alma y me recuerda
a tí
cuando mirabas el azul del cielo
y mirándote en mis ojos
me decías: " Que falta me haces tú"
y te creí.
Pero hoy que bien recuerdo
y lo medito
llego a la conclusión que fue
mi engaño
el que te dio las alas para hacer
que mi cariño
se volviera niebla
en ese cielo inmenso
de tu ser.
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