sábado, 26 de marzo de 2011

LAS TRAVESURAS DE EROS 1

Buscar

Uno quisiera estar a solas enredado entre todas las palabras

Aupando recuerdos y olvidando entuertos.

Solo así, nada más.

Y como desconocido en una tierra sin nombre,

ni geografía conocida,

Encontrar tesoros escondidos

Debajo de las piedras del camino.

Piedras preciosas hallar en las palabras para oírlas contigo

En un afán de componer los versos

Que te saquen del alma

Los pasos del camino

Ya extraviado.

Pensar en las distancias que te faltan

Para llegar al horizonte antiguo

Ese que tú extraviaste y que recuerdas,

con sabor a menta

Entre besos y manos conocidos.

Salirle al paso a lo que ya no fue, para pasar la hoja ya leída

Para archivar en el rincón del tiempo

Ese recuerdo que te hurga el alma

Y te sacude como viento fuerte

Los entresijos que te están hiriendo,

Con malos pensamientos retenidos,

Y todas las quimeras incumplidas, en un afán sin nombre

Conocido.

Pero al llegar, también recuperar, ese sentido aventurero, libre,

De buscar con los hallazgos nuevos

Todas las pistas que te den un norte

Y encontrarte con todo lo que eres

Reconciliándote entonces,

Apaciblemente,

Con ese ser tranquilo que tu siempre has sido.

Y degustar como los buenos vinos esos sabores aún desconocidos

Que te esperan y darán entonces

Esas riquezas que siempre te has guardado

Y que tu corazón

Ha retenido.

Nos parecemos

Salir de ti, volver a ti, en un constante ir y venir de mis deseos.

Siempre al encuentro de lo que no conozco pero que tienes ahí,

donde mejor me siento.

Amplificar caricias anhelantes dejándolas expuestas a ese brillo

que corta de parte a parte tu cuerpo.

Venir, subir, caer, buscar, encontrar rutas

Que permitan siempre, al estar contigo,

exploren lo mejor de nuestros cuerpos.

Saber que estás ahí, que lees mis textos, que te gustan un poco

o quizá mucho por lo que se parecen a ti,

a tu forma de ser y de sentir.

Yo se que vibras, porque lo presiento,

y aquel calor oscuro que te penetra

es el mismo que yo siento.

Tu allá, y yo aquí, somos a través de los hilos que nos comunican,

un manojo de deseos, que no ves, pero que están ahí.

Siempre al acecho de tus gestos, de tus letras

tan llenas de emoción y de caricias

contenidas.

Me gusta que te guste lo que hago aunque estemos muy lejos

en el tiempo y la distancia.

Casi me atrevo a sugerir entonces que tú sientes casi como yo

Con ese palpitar de caricias retenidas

pero siempre anhelantes por salir.

A darte nueva como siempre entre mis brazos

y buscar los recónditos caminos que tú buscas y que yo deseo.

Siénteme, lo mismo que yo. Erízate también como lo siento yo,

yo se que desesperas por venirte a mí. hazlo,

no reprimas lo que sientes porque al igual que yo

siempre encuentro cosas nuevas

en los besos.

No se si es el aroma que desprendes lo que perturba todo lo que soy

o es el sonido de tu voz cortada,

por esos estertores que te surcan,

lo que me hace sentir que estoy en vilo

con esa cuerda que me une a ti.

Ahora, siento que todo está tranquilo

Que ya se han despeñado

Los deseos

y que la angustia de esperarte

Ya ha llegado.

Que todo es placidez y día tranquilo

En ese calendario de emociones

Que tu cuelgas tan displicentemente

A todo lo largo

De tu bello

ser.

Sin el velo

Calor sin nombre

la misma ruta conocida, para llegar a ti

sin alcabalas.

Reptar a ti, hacia ti, sobre ti,

deambular los caminos escondidos

en el ánfora dulce que te cubre.

Lados tienen tus ojos que persiguen

un sinfín de verdades

que te doy.

Una caricia que casi no consigue

penetrar en tu velo de pudor.

Lágrima suelta que resbala en tu costado

y se quiere pegar entre mis manos

para acusarme en vano como siempre.

Quiero, pero no sé si quiero, porque dudo,

olvidar las palabras que me has dicho acerca de cuidarte los costados

que son sitios arcanos y profundos.

Hueles igual que yo, cuando consigo encontrar esas rutas oscuras

que tu guardas.

Laberintos de todos los deseos,

los mismos que te siguen manteniendo tan despierta, en la alta noche

en que no duermes,

pensando en los temblores

que te entrego.

Con que no soy capaz de pronunciar la única palabra que te pone tensa?

Pues ya verás que si, que en cosas de desvelar deseos, soy experto y tu lo reconoces.

Dame un poco del agua que tienes en los labios

Y prometo endulzarla sin que sepas

De donde vienen siquiera los misterios.

Esos que me hacen trastocar por mil caricias

este afán de sentarte entre las piernas

para darte una a una las razones, que me hacen siempre pronunciar

tu nombre

envuelto en esa música que a ti tanto te gusta.

Ábrete un poco y ya verás que encuentras

Los pequeños sabores que te infunden vida.

Descansa entre mis brazos

y no preguntes nada

que todo es para ti.

Deja que yo dirija astutamente

Las manos hacia todo lo que eres.

Ya verás que sin notarlo apenas, irás desempolvando un poco

ese pudor que lastra tu deseo

Que no te deja ser lo que tú quieres

para quitarte así lo que más quieres.

Verdad que así es mejor, como te he dicho?.

Quizá te sientas un poco a la deriva,

Pero no te avergüences y es apenas obvio

que la barrera que has llevado no te deja sentir lo natural,

que es el hacer las cosas como han sido

desde que el hombre es hombre y la mujer

ha sido.

Que bella que te ves, sin los ropajes que ocultan la belleza que has tenido.

Quizá te sientas rara por un rato pero te juró que se te pasará

cuando encuentres que en nada tu has cambiado,

y que respiras

Igual que siempre.

Como siempre

ha sido.

Nada es como entonces.

Sin tus ojos sobre mí, nada encuentro como entonces
porque todo pareciera
que se quiere diluir
en un aire que respira ausencia
y nada más que ausencia.

Cada cosa está en su sitio sin que yo la reconozca
porque tú no estás aquí.
Hoy ya todo gris parece, sin el aire
de tus ojos,
aquel que borraba penas, y daba un sabor culpable
a mis continuos olvidos.

Las sábanas de la cama, cosa curiosa, parecen,
que hubieran sido arrugadas con el peso de tu piel
tan sedosa y trasparente.
Tu aroma fresco se huele cuando recorro la alcoba, pero es solo mi cerebro
el que se apega a tu sombra,
que sigue como alma
en pena
en lo profundo de mí.

Pero es esta sensación tan real y tan presente,
la que me hace presentir
que aún estás aquí conmigo
pero no, no puede ser,
porque ya ese vaho fresco que en el espejo dejabas
cuando mojabas tus carnes,
ya no se encuentra conmigo.

Y ese olor a yerbabuena que despedían tus muslos
solo persiste en mi mente sin quererme abandonar.
Como si así tu presencia jamás quisiera marcharse.

Es raro,
pero es así.

Para siempre ( Perennidad)

Cuando la luz te penetre toda y estés ausente dentro de ti

vendrán las cosas pasando raudas,

En claro ritmo de frenesí.

Tus manos claras Serán palomas y se alzarán como queriendo

que la distancia desaparezca .

Seremos frescos copos de nieve que entre las manos se van fundiendo

Y entonces todo será presente como he querido hacerlo por fin.

La s cosas todas serán sencillas

Sin que tu notes que mis palabras

Se van ligeras detrás de ti.

.

Cambia

Cayados pensamientos, noches turbias,

siguen prendiendo hogueras en tus pasos.

Deshenredando sombras, derribando paredes que te ocultan,

Soliloquios, que solo tú conoces.

Saltan a cada paso los luceros con horas y palabras que se cruzan.

Quítales una a una las barreras a tus pies incansables de caminos.

Asume con total indiferencia, las cosas,

y tropiezos que te frustran.

Piensa más en la esencia que en la forma, para que así se surtan

y convivan todas las ausencias.

Que no te dejan atravesar sencillamente y sin cansancios,

las rutas y los planes que te llegan.

Aísla la distancia en las ojeras y vive de avatares aún desconocidos.

Que solo que una mirada te lo cambie todo, Lo penetre todo.

Haz uno, dos y hasta tres intentos por agarrar la nube

Y llegarás al fin, sin que lo sepas

al comienzo de todo

y al final conocido.

TE HE ROBADO

Que aún tu tienes besos para darme?,

Permíteme que dude y no te enfades,

que todo ese manojo de caricias que tenías para darme, las obtuve,

sin que abrieras la boca y lo dijeras.

Después de mucho practicar en la penumbra, he ido por ti,

en mi pensamiento, y he saqueado uno a uno, esas alhajas que te cubren toda, y que fiesta me he dado, sin que sepas,

que yo era el hurtador de tu equipaje.

Mucho tiempo me ha costado el aprender, como encontrar tesoros

en tu piel. Como experto buscador que se aventura,

supe sacar al fin lo que valía,

y que banquete estupendo me he encontrado.

Miremos un poco al vuelo lo que de ti he encontrado:

las miradas que tanto rehuías, las he robado yo para guardarlas,

en este cofrecillo de cristal que tanto te gustaba.

Ese mohín, quizá infantil que no me dabas, lo tengo aquí en mi boca aprisionado.

Con tu caricia esquiva, me he labrado un poco aquí en mis manos,

un vuelo de palomas.

La risa, traviesa y coquetona que lucías la he fijado imborrable en el espejo,

para que en las mañanas, me lleve a comenzar todos los días

sin la abulia mezquina que me turba, y que no me permite ser yo,

como quisiera.

Esa tersa y suave hondura en tu cadera,

En mi guitarra se ha visto detenida.

Y cada vez, que quiero acariciarte,

sobre ella misma

mis manos se han posado.

Se que le falta el alma, a lo robado, pero al menos,

mientras te veo, la distancia no es tan larga.

Y por lo menos,

no extraño como ayer, cuando faltabas,

sin poderte tener

siempre

a mi lado.






( FALTA )

Calla la noche al igual que tu, que no sabes sonreír

a quienes más te piensan.

Sabes que lo oscuro del silencio todo lo puede dar,

hasta la culpa, de hacerme naufragar

en cosas vanas.

Lanzas las miradas como buscando, las arras de ese Sí,

que diste, pero que no pensaste,

Lavara un poco la conciencia que tienes enredada.

Mira como te miran, los que miran, lo que has dejado atrás

por escaparte, a esta noche que quizá tu no querías.

Ábrete solamente, a aquellas manos que siempre te han buscado,

que saborean tu nombre detrás de las cortinas.

Quizá no encuentre mucho

después de haberme restregado con tu cuerpo.

No, no finjas, que solo tu conoces,

Lo que es sentir caricias

Por montones.

Hazlo ahora

Quiéreme mi amiga, que aún tengo en los ojos la mirada antigua tan limpia de abrojos.

Dame en esta hora de cruel ambrosía algo que me cambie tu vida vacía.

Para hacerle nudos a tu cabellera y pintarle soles a la enredadera.

Verás como nace en el cielo otra estrella y te da sus frutos nuevos la grosella.

Entrega este instante y después tal vez haré con mis horas un ramo a tus pies.

No dejes que pase este amanecer cuando mis pupilas aún te pueden ver.

Mira que si dejas pasar este instante otra boca nueva tendrás como amante.

Hazlo así y verás que la luna nueva,

nueva es otra vez.

La angustia de irme no será la misma,

como ahora es.

Y podré pensarte como siempre ha sido:

tu mano en mi mano, tu boca en la mía, y lejos, muy lejos la melancolía.

VOY AQUÍ

ENCUENTRO

(Publicado)

Tú, que apareces hoy después de tanto tiempo.

Golpea la lluvia gris en mi ventana,

trayéndome a la mente tu risa tierna,

asordinada, al viento.

Es mi ruta: el camino hacia el deseo.

Los besos tantas veces esperados,

en el abecedario sin palabras y en ábaco grana de tus labios.

Surco el camino lleno de distancias,

sobre un potro indomable: tu cintura.

Sin zamarros, espuelas ni montura,

sobre el anca del viento y su fragancia.

Esa curva de guitarra en tu cintura

que guarda ritmo y dedondéz de estrella,

es tesoro de música a la espera

del saber de mis manos siempre nuevas.

Eres canto olvidado que despierta

cuando subes tu enagua

almidonada: Muda testigo del fugaz encuentro,

al cerrarse la puerta y su herrumbrosa aldaba.

UN VOLAR NO APRENDIDO

(Publicado)

Llegas:

tu ropa sobra y cae




como pesada carga de culpas

sobre el suelo

Vuela la paloma negra

de tu sexo

aleteando insistente

sobre mi

De tu garganta

resbala el ronco grito

gutural

de tu deseo

La alcoba

huele a sábana mojada

y a tus besos

Vienes, vas, subes, caes

jadeas inclemente

sobre mi

Tus manos crispadas

quieren arañar rabiosamente

el aire que respiro

Un furor no aprendido

pero una y mil veces repetido

desde la edad primaria del hombre

se agita convulsivamente

dentro de ti

y sale hecho grito

rítmica y lúbricamente

hacia la luz en su nido

LA EXPERIENCIA

( Publicado)

Es mi mano dentro de tu blusa

como el viejo buscador de perlas finas

que sólo se contenta al encontrarlas.

Como el ducho minero

que, al buscar sabiamente,

recorre vericuetos

hasta encontrar su veta

más preciada.

No es menester

portar brújula alguna

ni llevar un recuento en la bitácora

para remar adentro de ella.

Tan solo es necesario

dejar que la antigua experiencia

milenaria

recorra los caminos

sabidos de memoria

y encuentre

los remansos.

TU SOMBRA EN EL ESPEJO

(Publicado)

Salvo lo que te quede de impaciencia

y de infecundo vivir

recordarás la historia.

El día volvió a amanecer

como siempre y tú no estabas.

La bruma y la neblina del olvido

empañan tu recuerdo.

Eres garza

sin alas por el aire,

Como barco escorado, rota quilla

Vagas sin rumbo a la deriva.

Eolo ríe de lejos tras bambalinas

para que así naufragues insumisa

en la profundidad

de este vacuo pensamiento.

La risa,

antes campanilla de alegría,

es hoy badajo gris

que toca acordes sordos.

No respires,

que despiertas el silencio

de su sopor eterno.

Acaso la distancia, sea mejor para ti

que el vaho de mi aliento,

que se quedó prendido en el espejo

dibujando tú sombra.

SUELTA TUS AMARRAS

Se dibuja claramente la tersa redondez que hay en tus pechos. Te miro de reojo y pareciera que la suave ladera de tu vientre, se ensanchara esperando, que mis manos te Palpen suave y lentamente. Tocar o no tocar, he ahí el dilema. Si al hacerlo mis ansias se desbocan, ya no habrá barrera alguna que detenga. Esta insaciable sed de acariciarte, de meterme por completo entre tus carnes, de dejarte tocar tan líbremente estos senderos que tu siempre has transitado, como diría mi amiga, la poeta de los goces pincelados.

Ya no habría frontera alguna que cuidar, porque traspasarías terrenos íntimos, ríos fecundos, lava ardiente de volcanes hasta ahora dormidos, pero voluptuosamente despiertos con tus manos ardientes. Déjame poseerte hasta encontrar, esa ruta adormilada de tu sexo, que furiosa y cimbreante me conturba, zarandea sin medida y sin distancia, toda la quintaesencia de mi goce ancestral desesperado. Levántate, jadea, enjuga entre tus manos mi simiente; juega con ella y lávate la cara, igual que si lo hicieras al peinarte. No dejes de mostrar lo más oculto, verás cómo al mostrarlo, cómo al jugar con eso te despiertas y haces que tus horas, sean más cortas y fugaces que la espera, que has fijado a mis horas al tenerte. Hazlo así y tendrás como ganancia, el haberte librado de ese tedio que venía acompañándote constante y torpemente. Serás libre otra vez, como has querido, sin cortapisas ciertas que te cierren el camino que siempre has deseado y que tienes ahí, sobre tu vientre, quieto y callado pero tuyo siempre.





















EXORCISMO

Si para exorcizar inmensidades

Debo sacar de mí quienes me hirieron,

¿Cómo no recordar los que me dieron

Con el calor del alma, sus bondades?.

Pues para no omitir los que me hicieron

Más bien que mal con todas sus verdades

Deberé recordar quienes vivieron

Dándole a mí vivir muchos pesares.

Dime mar se detienen tus olas?;

Dime cielo cual nube esta sola?;

Y cual viento detiene su andar?.

Cual camino no tiene su abismo

Cual amor no envuelve su espejismo

Y cual río no muere en la mar?.

MÍRALOS

Tienes en el aire soles

Que van lamiendo tus brazos

Soles que te cubren toda

Y que renuevan tu talle.

Ellos creen que van jugando

Con la luna por la calle

Pero se equivocan todos

Pues que tú no eres de nadie.

Más cuando ellos te siguen

Solamente los requiebras

Para que así ellos entiendan

Que tú no puedes mirarles.

Como corderos sumisos

Van dondequiera los llames

Como gorriones siguiendo

Su alimento por el aire.

Y cuando quieres

Que ellos te sigan

Les das un poco

De lo que esperan,

Sin que te vean.

Así te llenan

De luz gratuita

Aunque la cuita

Los acongoje

Si por ti

Penan.

VUELVE

Brillan al aire,

tus ojos claros como el café;

cantan las aves,

sin que se sienta cómo y por qué.

Tiemblan las hojas

cuando tú cara pasa radiante;

todas quisieran

sentirte cerca, menos distante.

Todo está vivo

cuando le entregas al aire risas;

y el día quisiera

ser en tus manos hoja en la brisa.

Por qué no vienes,

como esas tardes en que aprendí;

a ver tus ojos,

como luceros cerca de mí;

volar quisiera:

tú me dijiste sin que te diera,

motivo alguno

ni razón cierta pa· que te fueras.

Hoy está triste

mi dulce alondra porque te fuiste;

que bello fuera

que hoy te dijera, ¿Por qué Viniste?

SICARIO DEL AMOR

Un sicario de amor es contratado para acabar con el que tú me tienes. Especialista en los dardos amorosos, frases untuosas y melosas hieren oídos castos y otros no tan puros. Aquellas que han estado entre sus labios, que rendidas y mustias han quedado, van hablando azoradas de las artes que tiene este sicario Malhadado. Yo esperaré tranquilo y sosegado, a que asome su labia envenenada. Confiaré en la ciencia antigua de mis manos, esa que ha recorrido tus caminos. Los antiguos caminos de tus carnes, para contrarrestar su vil palabra. Dirigiré las naves alocadas de tus sentidos con pericia cierta, esa que ha sorteado las tormentas de tu piel como vela desplegada. Sus palabras penetrarán tu mente, harán entorpecer tus emociones, pero en esa tu cabeza morirán. Mientras que mis manos llevarán tus sentidos por senderos que ni tú misma conoces, los que siempre transitas cual veleta al viento. Ese viento que siempre te trastorna Y te cambia la mirada. En suma, quién podrá más? él con su malabarismo de palabras o yo, con mis saberes sensitivos y ancestrales en el mapa de tu piel?. Creo que yo, sin duda alguna.

PENSARAN

A lo sumo pensarán que fui tu amante,

aquel que traspasando los portones

fue metiendo entre tus pechos voces,

de sombras y palabras quietas.

Fuimos identidades barruntadas

con figuras de orgasmos enclaustrados.

acaso dos placeres asentados

en un fin de semana interminable.

Dos caderas, que saben y que fingen

sabedores de todo e ignorantes de nada,

de caza en la penumbra de la estancia.

Tú con gestos de diana cazadora,

revolcarse de almohadas,

dentelladas; resguardando la urna donde guardas,

el tesoro escondido de tus ansias.

Adentrarse en tu secreto muro

ese que tú resguardas tan celosamente

con ese aliento voluptuoso y quedo

que sabes manejar discretamente

para llevarme por senderos nuevos.

Vas relamiendo con tu lengua inquieta,

oscuros vericuetos de mi cuerpo,

sin norte, sin distancias y sin nada.

Y al descubrir entre mis tierras nuevas,

montes, arroyos y senderos viejos,

esa ruta lejana que has trazado,

hasta encontrar el fruto de tu goce

profundo y esperado.

TUS CUENTAS PARA EL AMOR

Te veo haciendo cuentas

con las horas que tienes para la noche.

¿Estarás segura que te habrán de alcanzar

para meter en ellas el sinfín de caricias y de abrazos

que tienes presupuestadas para mí?.

Lo dudo, pero allá tú.

Esa ancestral manera de hacerle cuentas al amor

te llevará a alargar minutos, horas y segundos,

como solo tú sabes hacerlo.

Quedo siempre perplejo

al observar como rindes el tiempo cuando de amor se trata.

Mejor es que esas cuentas corran siempre a tu cargo.

Porque a mí, se me enredan los instantes

siempre que trato de amarte de manera concreta.

Menos mal,

porque en asuntos de amor el tiempo resulta siendo mi mayor tirano.

DESDE HOY

Desde hoy en adelante,

me tenderé en tus playas como siempre

que desée lograr la paz de tus palabras.

Y estaré oteando el horizonte

más allá de todas las distancias.

Desde este momento y para siempre

puliré mis ideas para pensarte,

dedicaré mis horas para darte todo lo que anhelas.

No te contrariaré.

Haré todo mi esfuerzo por incrustarme dentro de tus labios.

Por hacerme cómplice de todos tus deseos.

Como velero quieto y frágil en el puerto

dejaré palpitar mis velas blancas

aunque el aire que las mueva no haya llegado todavía.

Quizá en esa quietud que no conturba

y en ese ciclo de soledad cansada

tus ojos se decidan a posarse,

tus manos formen quietas olas blancas.

Al fin podré saber si es solo excusa, esa abulia lejana que te agobia

y te llena las tardes de esperanza.

Podré llegar por fin en primavera con la luz siempre clara

a resolver quizá tus mil enigmas, esos que siempre llevas en la falda,

y que vas desplegando sin saberlo

delante de mis ojos, para hacer

que los míos se detengan

en ese deambular que no descansa.

Así tal vez rendida y sin palabras, te dejes envolver continuamente,

entre este ir y venir

de mis palabras.

MI PIEL Y TU SOMBRA

Te ibas

y al voltear a mirarte

sentí como mi piel

se iba tras tu sombra

sin quererte dejar.

¿Será esto posible?

No solo fue posible, sino,

que desde entonces

me siento como extraño

con el aire por piel.

Qué?

qué siento sin tus besos, si en la tarde estoy solo?

qué mirar en tus ojos si a mi lado no estás?

qué en mis manos vacías guardar, si cuando imploro?

mis ruegos son apenas una ola en el mar.

UN SOPLO TODO LO DEMÁS

Hay días en que estamos

hechos para el amor




cuando la música que sale desde adentro




se junta con la que da la lluvia

y nos vemos empapados hasta el fondo.

Una insaciable sed invade

de darle luz al sol para que nunca falte

de tomar el aroma delñ caimito y embadurnarle

los pechos a la amada

con las frescas esencias

de la aurora.

Anudarle los vientos en la falda para que vuele

por los aires toda.

Y extendiendo la vista al infinito

pedirle a aquella estrella

la que la atisba cuando sale sola

que mece sus cabellos con peines de luceros.

Esos que para verlos se precisa

nacer con catalejos en el alma.

Cuando me siento así hasta mi corazón

es pelota de trapo entre sus manos.

Y uno siente que vive

si la vida

se anida en lo mullido de sus labios.

Para que quiero más, si todo lo demás

es solo un sueño.














OASIS y DUNAS

Los brazos de aquellos sauces

me trasportan al recuerdo

igual que tus manos tibias

en claras tardes de enero.

El paisaje llena el aire

como tus ojos de ensueño

y echa a volar sobre el viento

los aromas mañaneros.

Qué airosa ondea tu falda

montando ese corcel negro

que va encendiendo luceros

sobre el empedrado suelo.

Llévame en tus labios rojos

para ir sorbiendo tus besos

y navegar con tu aliento

como amante bucanero.

Ay como pintan tus ojos

con mil colores mis cielos

agarena que llegaste

a poblar mi mundo entero.

Frescor de oasis me das

cuando revuelvo tu pelo

y un horizonte de dunas

voy rizando con mis dedos.

¡ Qué más se puede pedir

si contigo estoy completo ¡.











ROMPER EL CELOFAN

Desnuda




viertes el fragor de tus abrazos




sobre el edredón de la noche

con palabras truncas

al borde de tu sexo.

Esperas

unas manos extendidas

que vayan estampando sobre la tela

del cuarto

la vieja soledad

que te conturba.

Renaces cada vez que tus ojos

se fijan anhelantes

sobre el lomo de la noche.

Eres siempre imprecisa y vas dejando huella

en los miles de sueños desvelados

que pueblan el bagaje

de tu nada.

Rompe el celofan de la pureza

esa que tú aparentas pero que a nadie engaña.

Solo cuando tus muslos cabalguen desbocados

sobre mi potro en sombra

encontrarás la puerta de una vida profunda

sin disfraz

que labrará tu forma.


SENTIR EL PENSAMIENTO

Al pensar mis pensamientos

pienso




que un desgaste de amor




fue nuestro encuentro.

Y pensando en sentir me voy sumiendo

en un vago sopor del pensamiento.

Pensé que si pensaba pensaría

en adquirir un sentimiento abierto

para encontrar con sentido otro momento

de compensar tu vano descontento.

Pero por más que pienso sentir

más voy pensando

que es vano mi pensar si nunca encuentro

como sentir para encontrar

pensando

la esencia y el calor

del pensamiento.

UN AZUL TE RODEA




Es clara el agua rumorosa

que corre rauda como una gacela




por las acequias de tu pensamiento.




Va lamiendo los limos de la vida

que se esconden callados

en tu cuerpo.

saben de los secretos que tu guardas

en lo profundo de tus negros ojos

los mismo que se niegan a la luz del día

remisos se agazapan

y me miran

desde la oscura orilla del silencio.

Que no diera por beber

de tu agua

la que resguardas tan celosamente.

Un ser elemental me tronaría

bebiéndote en el cuenco de la mano.

Con toda la quietud que hay en tu boca

me bastaría para beber a sorbos

ese azul no se qué

que te rodea.

QUIETUD

la quietud de esta tarde

de febrero




me aquieta el alma y me recuerda




a tí

cuando mirabas el azul del cielo

y mirándote en mis ojos

me decías: " Que falta me haces tú"

y te creí.

Pero hoy que bien recuerdo

y lo medito

llego a la conclusión que fue

mi engaño

el que te dio las alas para hacer

que mi cariño

se volviera niebla

en ese cielo inmenso

de tu ser.


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